jueves, 1 de octubre de 2009

Goirigolzarri y su prima de 52 millones, ¿Se lo merece?

Goirigolzarri y su prima de 52 millones, ¿Se lo merece?

No entiendo muy bien el escándalo que se ha montado por la paga que va a recibir este señor, si su colega el presidente Paco González, el de Chantada, cobra mucho más, un año si y otro también, con independencia de lo que ganen o dejen de ganar los accionistas que le mantienen y el valor que genere para la entidad que preside. Bien ¡allá ellos! que hagan con su patrimonio lo que les venga en gana, y si en las juntas de accionistas no efectúan el control que el derecho mercantil les otorga, es su problema.

Pero lo que no es admisible es que el Gobierno no tome medidas para perseguir estas rentas desmesuradas en cualquiera de sus manifestaciones. Hace unos meses, el señor José Manuel Entrecanales percibía una compensación de 8 millones de euros, por dejar la presidencia y soterradamente por vender la parte de Acciona en Endesa empresa, antaño pública, de un sector estratégico como lo es el sector eléctrico nacional, a los italianos y nadie se rasgo las vestiduras. No hablemos de los sueldos que se fija el señor Ignacio Sánchez Galán, o mejor dicho el consejo de administración en Iberdrola por operaciones nada generadoras de valor para sus accionistas, y así con otros tantos presidentes, consejeros, altos ejecutivos que viven de acuerdos de los consejos de la sociedades que gobiernan y que permiten estas aberrantes retribuciones que se desvían de lo que cualquier ciudadano común entendería como equitativas y justas.
Y en este mismo sentido y junto a aquellas rentas, también mencionar los sueldos y rentas de los futbolistas galácticos, tenistas de elite, cantantes y actores exitosos y demás figuras mediáticas con fortunas extraordinarias, que deberían de contribuir en justicia y equidad, de forma diferenciada del resto de las ordinarias rentas salariales ¿O no es de escándalo también, lo cobrado y lo tributado por los: Cristiano Ronaldo, Messi, Nadal, Alonso,…etc.?



Es cierto que no se puede intervenir discriminadamente, en un sistema que se sostiene en la propiedad privada, como apunta el artículo 33 de nuestra Constitución, y en la libertad de mercado, en las decisiones que cada particular toma sobre el gobierno de sus bienes; y en este sentido los accionistas del BBVA, o los socios de Real Madrid o el Barcelona, que son los que en definitiva van a pagar a sus próceres, pueden hacer de su capa un sayo. Pero es un derecho y una obligación, también reconocido en la Constitución, que cada uno debe de contribuir a las cargas según la capacidad económica y es evidente que la capacidad económica de estos beneficiados es muy diferente al del resto de contribuyentes.
Artículo 31
1. Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su
capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los
principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance
confiscatorio.
2. El gasto público realizará una asignación equitativa de los recursos públicos, y su
programación y ejecución responderán a los criterios de eficiencia y economía.
3. Sólo podrán establecerse prestaciones personales o patrimoniales de carácter
público con arreglo a la ley.
Y en especial el Artículo 40 1. Los poderes públicos promoverán las condiciones favorables para el progreso social
y económico y para una distribución de la renta regional y personal más equitativa,
en el marco de una política de estabilidad económica. De manera especial
realizarán una política orientada al pleno empleo.

Un Gobierno progresista, como asegura ser el que actualmente tenemos en España, debería tomar iniciativas y ejecutar sus competencias adecuadamente en estas situaciones, ya sea vía su potestas legislativa de urgencia, o a través del proceso ordinario del Parlamento, y que cuanto antes ponga límites a estas aberraciones distributivas, que produce el libre mercado.
Por otra parte es cierto, que hasta la fecha no han podido establecerse políticas que homogeneicen su trato fiscal, en los foros internacionales, como se atisbó en la última reunión del G-20 y como sería de desear, para que no se produjeran evasiones de capitales en aquellos países que se decidan a aplicar tributos más justos a estas rentas. Si queremos globalización comercial es necesaria un cierta globalización tributaria, por lo que urge y deben de acometerse y sentarse las bases fiscales de carácter universal e internacional que tengan en cuenta criterios uniformes para el gravamen de estas rentas.