martes, 8 de agosto de 2023

Vamos hacia una economía de guerra.

Amanece que no es poco.
Amanece, un día más, en una ciudad tumultuosa y opresiva, atormentado y en lucha contra mis demonios internos, mientras me voy despertando, me hago testigo de la decadencia moral de la sociedad que me rodea. Consciente de la evolución darwiniana, de la gravedad de Newton, el desconcierto relativo de la Emc^2 de Einstein y la fisión nuclear Openheimeriana. Uno se adentra en un laberinto de dilemas morales y conflictos existenciales. Un día después del aniversario de Hirosima y Nagasaki. Se ve enfrentado a la crueldad humana, la traición, la injusticia y el pecado, mientras intenta encontrar el significado de la vida y el propósito detrás de su propio sufrimiento. Las tensiones entre el bien y el mal, la culpa y la redención, se entrelazan en una trama emocionante y compleja que cuestiona la naturaleza misma de la condición humana y los dilemas éticos, llevándolos a reflexionar sobre la verdadera esencia del ser humano y la búsqueda incesante de la verdad y la redención. 
  Guerra o intervención de Ucrania. Sombras de Guerra, de la tercera mundial.

    La historia comienza con el telón de fondo de los conflictos contemporáneos en Ucrania y Níger, que han generado profundas tensiones a nivel mundial. La historia sigue a dos personajes principales: Putin y Zelenski.
    Una valiente pueblo ucraniano que históricamente formo la Rus de Kiev , parte fundamental de la Rusia histórica no la actual, sometido unos modelos occidentales democráticos, una nación nacida o inventada, tras la segunda guerra mundial como parte de la antigua URSS y que por la revuelta potenciada por occidente del euromaidan y la aparición estelar de un cómico, activista de occidente, que siguen alimentando un enfrentamiento de violencia y muerte, contra la supuesta invasión rusa,  apoyado principalmente por Biden, Macron y la representante de la UE, Von der Leyen.; hoy en día representantes máximos de las supuestas democracias de occidente y sobre todo de tres potencias nucleares occidentales USA, UK y Francia.
     La otra parte Rusia y Ucrania, mientras ambos países enfrentan una creciente inestabilidad política y social, los pobres ucranianos y rusos , antaño hermanos, aquellos que no han podido emigrar o aislarse con medios económicos, se encuentran en medio de los disturbios digamos lo que se puede intuir luchan unos cuántos pobres jóvenes, por los intereses de unos viejos ricos. No luchan por encontrar la verdad y la realidad de lo que está sucediendo en sus respectivas naciones y matándose lentamente unos a otros. Parece que nadie habla de parar estos hechos fratricidas. Uno ve, la complejidad de las relaciones geopolíticas y cómo las potencias mundiales están involucradas en estos conflictos regionales. A medida que la tensión aumenta y las fronteras se vuelven más borrosas, el mundo se va al borde de la Tercera Guerra Mundial. 
     Con la diplomacia desaparecida desafiada por su inacción y los líderes mundiales enfrentándose a decisiones cruciales de su escaso prestigio , una devastadora cadena de acontecimientos se expande por todo el mundo.
    Es nuestra cautivadora historia contemporánea que explora temas de valentía, esperanza y sacrificio en medio de la oscuridad de las guerras y la búsqueda de la verdad en un mundo cada vez más caótico. Estamos siendo participes de un viaje emocionante, pero perverso que puede hacernos repetir la horrorosa historia, irreflexivo, sobre el impacto humano de los conflictos globales y la búsqueda de la paz en tiempos turbulentos que vivimos ahora. Ucrania se está enfrentando , a su propia existencia, en un conflicto con Rusia en la región de Donbás, en el este del país. La situación era tensa debido a la ocupación de Crimea por parte de Rusia desde 2014 y el conflicto en las provincias orientales de Donetsk y Lugansk. Sin embargo, no existe ya información actualizada sobre eventos posteriores a esa fecha. No es posible consultar fuentes de noticias confiables para obtener la información más reciente sobre la situación en Ucrania. El Euromaidan ayudó también en todo esto.

  Es muy posible que la tercera Guerra Mundial haya estallado ya.

    Lo que está sucediendo en Níger confirma la suposición que he hecho antes. La importancia de Níger, estriba en que reporta a Francia una gran parte del uranio que esta necesita como única potencia nuclear que está dentro de la Unión Europea. En este sentido si Rusia está detrás del golpe de Estado que se ha dado en Níger, no están más que ejerciendo una influencia geoestratégica en el mismo nivel de las guerras anteriores. Enseguida está, la internacionalización de de la guerra, la mundialización, el foco ya no está sólo en Ucrania, este foco también bélico está en África, que es realmente donde está el interés chino y ruso para conseguir los minerales y las tierras raras que permiten el desarrollo tecnológico del futuro. Como ocurrió en la primera y en la segunda guerra mundial, África está en el punto de mira de los contendientes ahora son dos grandes bloques. Es que Occidente, el imperio angloamericano, con la alianza de la UE, esté perdiendo la guerra. Una multitud de frentes que se derivan de su ambición expansionista reflejada en la incorporación desmesurada, la incorporación en el pasado siglo, con la caída del muro de Berlín de países que antes pertenecían al bloque del este: empezando por la propia Alemania Del Este, Polonia, Lituania, Estonia Checoslovaquia, convertida en Chequia y Eslovaquia, Rumanía, la desaparición de Yugoslavia y así multitud de habitantes hermanos de diferentes culturas se encuentran en otro de los bloques, con los que tienen menos parentesco, pero fruto de nuevas expectantes relaciones.
   También se ha equivocado, occidente, al potenciar dictaduras de derechas, en Sudamérica, como la de Chile, Argentina, Bolivia,...,el pueblo iberoamericano ya ha elegido a China como uno de sus principales socios comerciales . 

      Sólo ha habido un país que ha lanzado bombas atómicas contra ciudades USA.




Hoy son nueve los países que reconocen tener un armamento nuclear infinitamente más mortal que el utilizado por USA en la segunda guerra mundial: USA, Rusia, China, Inglaterra, Francia, India, Pakistan, Corea del Norte e Israel. Con suficiente armamento nuclear para arrasar todo el planeta. 


    Mi escaso conocimiento me hace constatar también , que las tensiones entre China y Taiwán, han aumentado y que han sido un tema constantemente recurrente  en las relaciones internacionales de las dos grandes potencias económicas mundiales. Taiwán se considera ella misma un Estado no una provincia separada por China, tiene su propio gobierno y sistema político respaldado por los USA. Existe la posibilidad de un conflicto debido a las reclamaciones de China sobre Taiwán y la determinación de Taiwán de mantener su independencia. El interés USA en alimentar separatismos en naciones que puedan poner en riesgo, su hegemonía imperial, heredada del decadente -pero todavía vivo- imperio británico y su histórica comunión social y lingüística con su otrora colonia norteamericana, los angloaliados.
     En una economía de guerra nos pedirán mayor dotación presupuestaria del PIB para armamentos, nos pedirán pagar más impuestos , aportar mas personas al conflicto, todo ello si a alguien no se ocurre apretar un botón nuclear que termine con este mundo, tal y como lo conocemos. Ojalá me esté equivocando y la economía termine no siendo de guerra.

    En este sentido , la explosión acelerada del conflicto judío-palestino no hace más que echar más leña al fuego bélico. Este nueva situación es claramente la guinda que puede colmar el pastel de la guerra mundial. Si Israel responde desproporcionadamente al ataque de Hamás es muy probable que los países arabes vecinos intervengan en un conflicto de resultados imprevisibles. Esperemos que la diplomacias de las grandes potencias Rusia, China India USA y UE se pongan a trabajar seriamente para evitar que se pase a un deplorable estado de guerra mundial. 
    Señalar que tanto Israel como Irán (previsiblemente) pueden tener armamento nuclear que en caso de utilizarse provocaría una ecatombe.


sábado, 5 de agosto de 2023

El coronavirus en la economía


La pandemia del coronavirus ha  modificado las bases  de la ciencia económica.

La lucha de clases se pone de manifiesto de nuevo, con mayor ahínco, en las épocas de crisis.
La situación que estamos viviendo, no ha hecho nada más que empezar.
Las consecuencias del caos, en que se han sumergido las administraciones públicas, han afectado de una forma agresiva en los trabajadores de la sanidad y en las personas mas desfavorecidas y marginadas del sistema. En este sentido , establecer el derecho a una renta de supervivencia , es ahora más que nunca necesario, siempre que las administraciones puedan garantizar esta prestación.
En este sentido, la administración vasca ya ha establecido un precedente que podría extenderse y aplicarse al resto del Estado español, al menos si queremos mantener unos principios de equidad entre todos los ciudadanos de esta España nuestra.

La economía no debe limitarse al análisis de las cantidades de producción o consumo, es más importante delimitar el reparto de los recursos existentes entra la población para determinar que una economía es más o menos brillante.
La calidad y el bienestar social vienen condicionados por la esperanza de vida, por la posibilidad de sobrevivir ante crisis como la que estamos viviendo. El acelerar las medidas para volver a vivir una vida cotidiana que nos recuerde la que teníamos antes de la pandemia puede hacer que precipitemos buscando una mejora cuantitativa de los indices de clásicos para medir la situación económica, permitiendo que la caída de nuestro producto interior bruto, renta nacional, consumo, inversión, etc. sean más bonitos de cara a la galería.
La cuestión es que esa precipitación en “la desescalada”, nos conduzca a un incremento innecesario de víctimas y en definitiva un empeoramiento en las condiciones de vida y supervivencia de los ciudadanos.
En la calidad de la economía , es más importante la salud de las personas, el reparto equitativo de los recursos, la posibilidad de vivir en condiciones sanas que mantener unos, indicadores cuantitativos clásicos o meros números e índices cuantitativos.
Es hora de una economía que se base en tomar medidas conscientes, que consideren el bienestar de la población, el respeto del medio ambiente, la calidad de la sanidad para todos, la distribución equitativa de los recursos, en definitiva de Econosciencia, la economía con conciencia.
Si hay alguna buena conclusión que podemos sacar de esta terrible situación, es que la pandemia , es que la limitación de los recursos, derivados de los controles férreos, que la superestructura socio-política de los países con gobiernos que se fundamenta en pensamientos neoliberales; dificulta el bienestar social y las propia salud de las personas.
Compartir y distribuir los recursos básicos, se hace sólo cuando los bienes son de dominio público, por lo que necesidades como la sanidad, la educación, la energía, el medio ambiente, las comunicaciones e incluso la propia banca, no pueden depender de intereses meramente mercantilistas. 
La intervención del estado en los precios, en las pruebas de salud, en las comunicaciones, para el bienestar social y la salud pública es necesaria.

Un caso de conciencia :

Cuando una compañía de energía, de la que uno se debería de sentir orgulloso, le baja el sueldo, a todos los empleados en la misma cuantía, independientemente de las percepciones netas que tenga caga uno de los empleados, perjudicando unas retribuciones en especie, que estaban establecidas para todos sus empleados más o menos con las mismas condiciones; estos empleados –sean activos, pasivos, viudas o huérfanos- no se ven igualmente afectados y se castiga de una forma evidente a los que menos salario tienen. Se trata de la peor medida y la más regresiva e injusta que puede darse en las relaciones laborales.

Un caso de consciencia :

               Veamos un ejemplo: la compañía XEND decide reducir, la prestación en especie que se tenían por cada familia los empleados activos o pasivos, viudas o huérfanos, pasando de entregar a un precio mínimo al coste 30.000 Kwh a 6.000 Kwh. Esto, lo que supondría, en término de derechos retributivos, aproximadamente unos 2.400 euros anuales, -dependiendo del precio medio de consumo en el mercado-.
              Si el señor consejero delegado de la empresa, cobra unos 2 millones de euros anuales, ve en este supuesto muy real reducidas sus retribuciones en una milésima, resultado de proporcionar los 2400 que se le van a dejar de dar por los 2.000.000 que cobra al año. Es decir que el grado de solidaridad -en tiempos de coronavirus- que el señor consejero delegado demuestra para con la empresa es de una milésima parte, se diría que su esfuerzo no es para dar ejemplo. El mismo descuento cuantitativo, que no cualitativo, se hace sobre un pensionista o un empleado en activo de la empresa que cobra 30.000 euros anuales, pero podríamos decir que conocemos de una solidaridad muchísimo mayor, que la que habría demostrado el consejero delegado; sería del 8%, es decir que se mide en unidades no en milésimas. En una retransmisión interna realizada en dicha empresa este señor tachó de egoístas, a aquellos empleados que no estaban de acuerdo con las medidas de la empresa en la negociación de las relaciones laborales,
¿Quién ha sido capaz de llamar egoístas estos trabajadores, pensionistas o familiares de empleados?
Pues existe un hecho que es real y en esta empresa goza de galardones importantes en materia de responsabilidad social corporativa.
El análisis de la conciencia, determina que no sería un ejemplo a seguir si queremos un mundo más solidario y una buscamos una ciencia económica brillante, se considerarían estos parámetros a la hora de decir que una empresa es o no es socialmente responsable.
La consciencia, de unas declaraciones tan ruines, en contra de su propios empleados y de aquellos y sus familiares, que antaño, levantaron la empresa deja mucho que desear. Tiene mucho que mejorarse, en la actitud de un CEO (chief executive officer) y también se puede cuestionar, con tal intervención, la propia aptitud para desempañar un cargo, tan honorable en una empresa que se precie de ser socialmente responsable.

La Econosciencia, considerará, estas situaciones reales pragmáticamente, y las pondrá en valor, junto y frente al análisis de la cuenta de pérdidas y ganancias y el balance. No es solo el mero bagaje  meramente cuantitativo y financiero de la entidad analizada, es la calidad de las relaciones internas laborales y externas con los clientes y los accionistas, lo que hay que considerar y valorar.Tendríamos un análisis de la conciencia que tienen los directivos de esta empresa, de los comportamientos solidarios de todos en pro de unas mejores condiciones económicas y laborales de los ciudadanos que forman parte de la compañía.


Las relaciones financieras internacionales están globalizadas ¿y las políticas sociales?

Las relaciones entre los estados, en el comercio mundial y el mercado financiero, están bastante globalizadas; no ocurre lo mismo con las derivadas del respeto a los derechos humanos y las políticas sociales. El dinero sigue siendo apreciado por todos, aunque no tenga el mismo valor para todos.

En Economía las mismas hipótesis de partida, pueden conducirnos a conclusiones diferentes y como esta disciplina, no es por naturaleza una ciencia experimental inmediatamente contrastable, como puede serlo la Física o la Química, igual vale lo previsto por un ilustrado como lo que haga su contrario.

Creo que gran parte del fundamento, de toda esta situación crítica de los países periféricos de la Unión Europea, está en que los gobiernos nacionales se han desvinculado de sus electores y no representan la voluntad de los pueblos, sino que hacen gestiones para no perjudicar los intereses de los capitales internacionalizados y con ello, lógicamente, los de "las clases" que los tienen, independientemente de su nacionalidad, porque el mercado de capitales en el que nos desenvolvemos es global.

Lo que no se da en la misma medida en estos tratados y negociaciones que sustentan las relaciones internacionales, es que países ricos ayuden a los pobres, para proteger sus sectores exportadores ni los empleos vinculados, ni las condiciones y prestaciones sociales.

Existe ciertamente la cleptocracia financiera, pero no son sólo los bancos de los países ricos, con sus préstamos y sus inversiones en riesgo, los que se están beneficiando de las ayudas, sino sus accionistas -que también pueden ser griegos, españoles, portugueses e irlandeses- y especialmente los ejecutivos y los políticos europeos e internacionales que viven de la gestión de estas crisis, por ellos mismos generadas. Los pueblos padecen la solidaridad derivada de la unidad de acción monetaria, de mercado y financiera, pero esta solidaridad económico financiera no tiene su equivalente en tratados de políticas fiscales y sociales, en las relaciones comunitarias e internacionales.

Para estas naciones en crisis financiera, la salida del euro podría ser una solución y al mismo tiempo no serlo, la cuestión relevante sería: ¿a quién beneficiaría o perjudicaría socialmente?

Los países periféricos han perdido autonomía en favor de los estados centrales dominantes.

Los miembros de las instituciones democráticas: griegas, irlandesas, portuguesas, españolas..., se han sometido, a la hora de tomar sus decisiones, a los dictados que han sido enunciados desde las instituciones europeas Unión Europea (UE) Banco Central Europeo (BCE) o internacionales Fondo Monetario Internacional (FMI) o Banco Mundial (BM), que a su vez recogen las indicaciones de los representantes en dichas instituciones, de los países más poderosos: EE. UU, Gran Bretaña, Alemania y Francia.

Un poco de Historia:

Toda esta problemática crítica, la estamos viviendo desde el año 2007 -fecha de la quiebra de la primera gran entidad financiera, Lehman Brothers, seriamente afectada por la crisis provocada por los créditos subprime, tanto que termina declarándose en bancarrota.

Históricamente el problema, ya surge de las relaciones instituidas entre las naciones, tras los acuerdos de Bretton Woods para mantener el sistema capitalista y las economías de mercado como base de relaciones sociales y económicas internacionales. El sector financiero internacional y los sistemas nacionales de los países que participan en los organismos internacionales, se encuentran fuertemente interrelacionados y en conjunto controlan la evolución de las deudas de los estados. Son el corazón del sistema capitalista, organizan la distribución de capital y salvaguardan los intereses de las clases privilegiadas o dominantes, en las relaciones con las demás clases sociales, y por eso tiene tanta relevancia para las naciones, mantener su estatus dentro de los mismos y en su gobierno.

Previos a los acuerdos Bretton Woods, se había debatido dos propuestas distintas, una británica que fue elaborada por el economista John Maynard Keynes y la estadounidense por Harry Dexter White.

Keynes se apoyaba en la creación de un órgano internacional de compensación, el International Clearing Union, que sería capaz de emitir una moneda internacional (Bancor) vinculada a las divisas fuertes y canjeable en moneda local por medio de un cambio fijo. A través de la ICU los países con excedentes financiarían a los países deficitarios, vía una transferencia de sus excedentes, de esta manera se tendría la ventaja de hacer crecer la demanda mundial y de evitar la deflación, lo que finalmente sería beneficioso para todos los países. Lo relevante de esta propuesta era que los países acreedores y los deudores estarían obligados a mantener una balanza comercial equilibrada y, en caso de incumplimiento, a pagar intereses sobre la diferencia; de los gobiernos dependerían las medidas para mantener una cuenta cero. El plan era ecuánime, los intereses comerciales más poderosos no podrían distorsionar la balanza comercial y los ciudadanos de un país cuyo sector productivo fuera fuerte no perderían los resultados materiales de sus esfuerzos por causa de una exportación ininterrumpida de los productos.

El plan no convencía a los EE.UU. que al final de la guerra poseía el 80% de las reservas mundiales de oro, era un país fuertemente acreedor y no quería estar obligado a gastar su superávit comercial en los países deudores, por lo que no convenía a sus intereses. Aprovechando su mayor influencia política y la situación vulnerable de sus aliados británicos, necesitados de financiación americana para superar la guerra presionó para que el plan de Keynes, fuera rechazado.



Estados Unidos manejó la determinación de las cuotas de los países miembros del Fondo, siendo este asunto, capital para el gobierno del Fondo, porque la cuota determina el poder de votación y control. Además se estableció un complejo sistema de cálculos económico-matemáticos que daban la apariencia de legitimidad a las asignaciones ya determinadas previamente por Estados Unidos.



Sobre un capital total de 8.800 millones de USD, a EE.UU. le correspondería una cuota de 2.740 millones (equivalente al 31,1 %), al Reino Unido 1.300 millones (14,8 %), la Unión Soviética 1.200 (13,6 %), China 550 (6,3%) y Francia 450 (5,1%), para los cinco primeros. Una vez asegurado el control de las cuotas, fue fácil para EEUU establecer la sede del BM y el FMI en su territorio. Gran Bretaña, perdió la batalla para que al menos una de ellas se estableciera en Europa, pero no tuvo éxito. (Keynes al ver la enorme influencia que iba a tener EEUU en estas instituciones, también intentó, en vano, que los directores ejecutivos del Fondo fueran funcionarios de tiempo parcial subordinados a bancos centrales nacionales, de manera que muchas decisiones fueran ajenas a ciudadanos estadounidenses.



El principal objetivo del sistema financiero, fue poner en marcha un Nuevo Orden Económico Internacional, dando estabilidad a las transacciones comerciales a través de un sistema monetario internacional, con tipo de cambio sólido y estable fundado en la paridad oro y dólar. Se adoptó el patrón oro-divisas, en el que EE.UU. debía mantener el precio del oro en 35,00 dólares por onza y se le concedió la facultad de cambiar dólares por oro a ese precio sin restricciones ni limitaciones. Al mantenerse fijo el precio de una moneda (el dólar), los demás países deberían fijar el precio de sus monedas en relación con aquella, y de ser necesario, intervenir dentro de los mercados cambiarios con el fin de mantener los tipos de cambio dentro de una banda de fluctuación del 1%.

A partir de Bretton Woods, cuando los países tienen déficits en su balanza de pagos, deben financiarlos a través de las reservas internacionales o mediante el otorgamiento de préstamos que concede el Fondo Monetario Internacional. Para eso fue creado. Para tener acceso a esos préstamos los países deben acordar sus políticas económicas con el FMI. Los préstamos que cada país solicitaba al FMI sólo podían ser destinados a cubrir los déficits temporales de balanza de pagos, y se le daba a cada país deudor un plazo de pago de tres a cinco años. De ser necesaria cualquier asistencia a largo plazo, la misma debía ser solicitada al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, la Asociación Internacional de Fomento o la Corporación Financiera Internacional.

En las reuniones de Bretton Woods se consideró también la necesidad de crear un tercer organismo económico mundial, que iba a denominarse Organización Internacional de Comercio. Finalmente no se constituyó porque EEUU no llegó a manifestar el consentimiento al acuerdo. Para sustituir esa necesidad, en 1948 se firmó el Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT), que posteriormente absorbió la Organización Mundial de Comercio (OMC).



Quiebra del sistema de Bretton Woods

Con la Guerra de Vietnam, el sistema comenzó a tambalearse. Estados Unidos enviaba al exterior miles de millones de dólares para financiar la guerra y en 1971 el país tuvo un déficit comercial por primera vez en el siglo XX. Los países europeos comenzaron a cambiar los dólares sobrevalorados por marcos alemanes y por oro. Así, Francia y Gran Bretaña demandaron a EE.UU. la conversión de sus excedentes de dólares en oro. Por tanto, las reservas de Fort Knox, donde está depositado el oro de Estados Unidos, se redujeron considerablemente.

Finalmente, el presidente Richard Nixon impidió las conversiones del dólar y lo devaluó (para hacer que las exportaciones estadounidenses fuesen más baratas y aliviar el desequilibrio comercial). Asimismo, Nixon impuso un arancel temporal de 10% y tuvo éxito en forzar a estos países a revalorizar su moneda, pero no en crear un nuevo sistema de tipos cambiarios estables. Desde ese momento, el valor de las monedas empezó a fluctuar.

En la actualidad: las instituciones internacionales salvaguardan los intercambios internacionales, pero no existen consideraciones sociales en su funcionamiento.

Si las instituciones a las que pertenecen los pueblos: español, griego, alemán... tuvieran un carácter más solidario y con mayor transcendencia política y social que -de mercado, monetaria y de comercio - los problemas de los países que formasen parte de estas instituciones serían tratados de una forma más humana y racional, de cómo se están tratando. El FMI protege las operaciones del comercio internacional, la UE trata de proteger esencialmente el mercado europeo, pero ninguna de estas instituciones se preocupa de lo que le ocurra a los irlandeses, portugueses, griegos, españoles,… por que se vean inmersos en crisis financieras derivadas de los intercambios desiguales entre naciones, por los engaños inmobiliarios o por el enriquecimiento injusto de sus clases privilegiadas (Hay griegos, españoles,... cada vez más ricos).

La “cleptocracia financiera” es resultado de la configuración de las relaciones y tratados internacionales basados en el Neoliberalismo económico y/o el capitalismo global, no es una entelequia. Pero el pueblo griego es una realidad social de trabajadores, funcionarios y desempleados. Una realidad a la que las instituciones europeas e internacionales a las que pertenece, así corporativizadas nunca van a ayudar socialmente, entre otras razones, porque esas instituciones no fueron creadas para ello.

Son instituciones que se basan en crecimientos ilimitados de las economías nacionales, sin considerar la finitud de los bienes, no se preocupan de un -mejor reparto- de los bienes y productos entre los hombres y los pueblos de las naciones que hablamos.

Y todas estas instituciones están gobernadas por ejecutivos, capitalistas y políticos de varias nacionalidades, pero generalmente cortados por un mismo patrón tecnocrático, burocrático y corporativista;  que hace que realmente se despreocupen de lo que pasa con los pueblos de dónde proceden.

Es el fundamento en sí mismo de las instituciones a las que pertenecen los pueblos: español, griego, portugués, irlandés,..., el que permite la existencia de intercambios internacionales desiguales y lo que está detrás de las decisiones poco acertadas de estas instituciones, que no ocurriría si éstas tuvieran un carácter más solidario y con mayor transcendencia política y social que mercantil y monetaria. Al menos los problemas de serían tratados de una forma más humana y racional.